Ingredientes:
- 125 gr de mantequilla o margarina –sin sal-.
- 50 gr de azúcar
- 170 gr de harina
- 1/2 cucharada de esencia de vainilla –en mi caso, usaré un sobre azúcar avainillado, que me gusta más-.
Utensilios:
- Bol
- Cuchara
- Tenedor
- Báscula
- Molde para cortar –he usado el DIY para hacer galletas en forma de bigote-
- Batidora eléctrica o varillas
- Rodillo
- Bandeja y papel vegetal para horno
Si podemos, dejamos la mantequilla unas horas antes fuera de la nevera, para que coja textura, sino, no hay ningún problema.
Ponemos a calentar el horno, con calor arriba y abajo a unos 180-200ºC.
Medimos la mantequilla y la agregamos en un bol. Con un tenedor o una cuchara, la vamos batiendo, de manera que quede una textura de pomada –para que me entendáis, tiene que quedar con una textura un poco más consistente que la de un champú o crema corporal-.
Cuando el volumen de la mantequilla aumente, agregamos el azúcar y la esencia de vainilla. Batimos para que se haga una masa homogénea y agregamos 2 cucharadas de harina.
RECOMENDACIÓN: si usáis una batidora eléctrica, cuidado, ya que al agregar la harina, la masa coge fuerza y podéis romper las varillas, así que es mejor batir a mano-.
A continuación, con la harina sobrante, hacemos un volcán en la encimera y agregamos la masa.
Con las manos limpias, vamos trabajando la mezcla hasta que quede homogénea. Tened en cuenta que se tiene que incorporar toda la harina, así que un poco de paciencia.
Cuando quede una masa homogénea –tiene una textura como la plastilina-, hacemos una bola y la estiramos con un rodillo, hasta que quede una placa de unos 5mm
Con el molde que más nos guste, cortamos las galletas y las ponemos en una bandeja con papel vegetal.
Las metemos en el horno –a 180ºC- hasta que se doren por las puntas –son unos 15 - 20 min, dependiendo del horno y del grosor de las galletas-.
RECOMENDACIÓN: si queréis que queden perfectas, haced una galleta más fina que el resto. Cuando esta adquiera un tono dorado, apagad el horno y dejáis las galletas 5 min más para que se acaben de hacer-.
Las sacamos del horno y las dejamos enfriar en una bandeja.
¡Y listas para comer!
